La piel seca es la consecuencia de una escasa actividad de las glándulas sebáceas, lo que provoca una falta de hidratación que favorece la aparición temprana de arrugas y líneas de expresión.
Es una piel muy fina, con los poros cerrados, poca elasticidad y apariencia de tirantez que tiende a la descamación, el enrojecimiento y las irritaciones.
Las características de la piel dependen de diversos factores, y en el caso de la piel seca, además de un componente constitucional inherente a la persona, influyen la edad (al envejecer se reduce la secreción sebácea), la alteración de los niveles hormonales y los agentes ambientales y externos que pueden modificar el estado cutáneo.
Tanto el exceso de calor como el frío intenso afectan a este tipo de piel reduciendo el factor natural de hidratación. Asimismo, una exposición solar excesiva también incrementa la sequedad disminuyendo la protección de la barrera cutánea y el uso continuado de jabones y detergentes favorece, igualmente, la pérdida de lípidos, lo que empeora los signos de sequedad.
Cuidados de la piel seca
- Una piel seca necesita, más que ninguna otra, hidratación. Beber agua es la principal forma de hidratarse. Procura beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
- La alimentación es también fundamental para mantener la correcta hidratación de la piel. Una dieta pobre en grasas empeora los signos de sequedad cutánea. Apuesta por una alimentación sana y equilibrada.
- El tabaco es uno de los principales enemigos de la piel, especialmente de la piel seca. Acelera el envejecimiento, resta luminosidad al rostro y favorece la deshidratación y la descamación cutánea. Si fumas, ésta es una razón más para dejar el hábito.
- La humedad ambiental es también importante. Los ambientes muy secos y calurosos, o fríos y faltos de humedad favorecen la deshidratación y la descamación de la piel, con sus consiguientes molestias. Si vives en un ambiente muy seco o haces uso frecuente de aparatos de aire o bombas de calor, trata de compensar la sequedad ambiental con un humidificador.
- Evita la exposición solar prolongada y, cuando tomes el sol, hazlo siempre con moderación y con filtros solares adecuados a tu tipo de piel.
- Utiliza jabones suaves y sin alcohol y evita los tónicos faciales astringentes. Para desmaquillarte, emplea productos que respeten el equilibrio fisiológico de la piel. Te recomendamos algunos como La Roche Posay Gel desmaquillante o La Roche Posay Desmaquillante de ojos, Vichy Desmaquillante Purete Thermal o Vichy Desmaquillante de ojos Loción Sensible, que contienen aguas termales que limpian y calman la piel; el limpiador para pieles secas de Skinceuticals, el agua micelar de Aderma; la loción hidronutritiva de Sensilis ritual Care; la solución micelar Pureté Thermale 3 en 1 de Vichy; la crema de leche desmaquillante Lierac Desmaquillant Confort; la loción suavizante de Avene o su leche limpiadora suavizante.
- Hidrata la piel por las mañanas, tras la higiene facial, con una crema adecuada para el cutis seco. Las creas nutritivas, como la Nutrologie de Vichy, aportan hidratación y nutren la piel ayudándola a recrear sus propios lípidos. También os recomendamos La Roche Posay Hidreane Riche, con hidrolípidos que favorecen la retención del agua para mejorar la hidratación cutánea sin dejar sensación grasa; y, para casos de sequedad severa por dermatitis atópica, nuestra apuesta es Leti AT-4 Intensive Crema, especialmente indicada para los brotes de atopia.
- Por la noche, desmaquilla y limpia tu piel y aplica una crema nutritiva.
- Una vez a la semana, aporta a tu piel un extra de hidratación con una mascarilla adecuada al cutis graso. Te recomendamos Lierac Masque confort Crema Untuosa, con propiedades suavizantes e hidratantes. Para los casos de descamación, rojeces o piel muy sensible e irritada, os recomendamos la mascarilla antirrojeces calmante y reparadora de Avene.
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